La evolución de las raíces de los árboles podría haber provocado extinciones masivas

  • Las extracción activa de nutrientes por las plantas terrestres, hace unos 400 millones de años, pudo favorecer eventos de anoxia en los océanos que acabaron con más de la mitad de la biodiversidad en esos ambientes.

Investigadores de la Universidad de Indiana-Universidad Purdue de Indianápolis (IUPUI) en EE.UU. y la Universidad de Southampton, en el Reino Unido, realizaron un estudio que sugiere que la conquista de la tierra firme por las plantas cambió profundamente la biosfera terrestre y tuvo consecuencias nefastas para la vida en nuestros océanos.

Los científicos atribuyen a los árboles la ocurrencia de eventos de extinción masiva en el período Devónico que resultó en la desaparición de casi el 70% de los géneros de vida en el océano.

Según los investigadores, en el Devónico (entre 419 millones a 358 millones de años atrás), las plantas con raíces habrían comenzado a extraer activamente y de forma eficiente el fósforo de los minerales encerrados bajo tierra. Luego de la muerte y descomposición de las plantas, este fósforo capturado dentro de su biomasa se disolvió de una manera más efectiva en las aguas subterráneas, para terminar depositado en el mar.

En su estudio, se basaron en el análisis químico de piedras de antiguos lechos de lagos y costas en Groenlandia y Escocia. Los expertos observaron que estos continuos vertidos de fósforo terrestre en el medio marino estaban muy relacionados, en el tiempo, con la pérdida explosiva de la biodiversidad. Aún con sus particularidades, las mediciones evidenciaron una tendencia general en este comportamiento. Este estudio, publicado en GSA Bulletin el pasado miércoles, es uno de los primeros en calcular la magnitud y el momento de la entrega de fósforo de la tierra al agua.

«Nuestro análisis muestra que la evolución de las raíces de los árboles probablemente inundó los océanos con un exceso de nutrientes, lo que provocó un crecimiento masivo de algas», explicó Gabriel Filippelli, de la IUPUI. «Estas floraciones de algas rápidas y destructivas habrían agotado la mayor parte del oxígeno de los océanos, desencadenando eventos catastróficos de extinción masiva», agregó.

Estamos llegando a un punto similar

Los investigadores son del criterio de que, hoy en día, el fósforo ligado a los minerales está oculto en la tierra mucho más allá del alcance de las raíces de los árboles. Esto hace que este nutriente no circule más fácilmente a través del ecosistema y por lo tanto no ocurran este tipo de fenómenos. Sin embargo, llaman la atención acerca de que los rápidos cambios provocados por la actividad humana están condicionando el ambiente de la misma forma que ocurrió en el Devónico.

El bombeo continuo hacia los océanos de fertilizantes y desechos orgánicos producto de la actividad del hombre está provocando «zonas muertas» de poco oxígeno en muchos entornos marinos y lacustres sin necesidad del aporte de los árboles. «Estos nuevos conocimientos sobre los resultados catastróficos de los eventos naturales en el mundo antiguo pueden servir como una advertencia sobre las consecuencias de condiciones similares que surgen de la actividad humana en la actualidad», dice Fillipelli.

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