‘La gota fría’, a sus 84 años es el vallenato más escuchado en todos los tiempos

  • La obra musical está entre las mejores 50 canciones latinas, gracias a la interpretación de Carlos Vives y el Rey Vallenato Egidio Cuadrado-

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv

‘La gota fría’, de la autoría de Emiliano Antonio Zuleta Baquero, grabada en 1993 por el cantante samario Carlos Vives y el Rey Vallenato Egidio Cuadrado en el trabajo ‘Clásicos de la Provincia’, es una de las mejores 50 canciones latinas, según lo reseñó la revista estadounidense Rolling Stone.

Al respecto, anota la publicación: “El hecho particular destaca la canción vallenata ‘La gota fría’, que interpretó Carlos Vives con su particular estilo, siendo galardonada y premiada al entrar en este listado, ya que es un vallenato con ínfulas rockeras, y que a pesar de pasar 29 años sigue sonando en distintos países. Carlos Vives, ayudó a revivir el interés de los jóvenes por un género musical que se encontraba casi perdido en el tiempo”.

Parranda en Urumita

Esta canción enmarcada en el vallenato tradicional nació en Urumita, La Guajira, en el año 1938, y su origen estuvo ligado a una larga confrontación musical que Emiliano Antonio Zuleta Baquero, había sostenido con Lorenzo Miguel Morales Herrera, conocido como ‘Moralito’.

A pesar de los versos candentes y con madrazo a bordo, esta piqueria fue folclórica porque siempre primó la amistad, hasta el punto de sellarla con un compadrazgo que les permitió ser los juglares más queridos. Con eso vinieron los abrazos y “se acabó la vaina”.

En cierta ocasión, Lorenzo hizo una reseña de la obra musical del ‘viejo Mile’ y aseveró: “Si analizan bien ‘La gota fría’ parece que fuera de mi autoría, y hasta muchos todavía me preguntan eso, porque en todo el trayecto de la letra aparece es ‘Moralito’ como el inspirador. En fin, esas son jocosidades de las canciones y en este caso soy solamente el protagonista porque de ella no obtuve ni un peso. Aclaro, mi compadre Emiliano no es que fuera tacaño, sino olvidadizo”.

También quiso dejar constancia de ese hecho musical que marcó su vida, y el martes 22 de marzo de 1994 en horas de la mañana contó su versión. En una hoja de carta con rayas, escribió en primera persona lo siguiente: “Un día fui a hacer una diligencia a Urumita, donde una señora llamarse ‘Beba’ Bello. Cuando la gente se dio cuenta de la llegada de Morales a Urumita, inmediatamente le participaron a Emiliano y se fue formando una parranda, cosa que yo nunca la pensé, porque no fui en son de música”.

Sentado en el más alto pedestal del recuerdo continuó diciendo. “Al fin, como de siete u ocho de la noche Emiliano se fue y me dejó el acordeón. Yo seguí parrandeando con los amigos y un poco tarde me acosté con el fin de viajar temprano. Como en esa época no había carros, uno aprovechaba las horas de la mañana para viajar. Ese fue el motivo para mi contendor hacer la composición”.

La canción, ‘La gota fría’, tuvo altos elogios de Gabriel García Márquez por su sencillez, ingenio y preciosura literaria, la cual inicialmente grabó en 1940 el músico nacido en Ciénaga, Magdalena, Guillermo Buitrago con el título de ‘Qué criterio’. Actualmente, tiene más de 269 versiones, según lo señaló el investigador Ángel Miguel Massiris Cabeza.

Larga contienda

La piqueria entre estos dos juglares tuvo una vigencia de aproximadamente nueve años, y cada uno hizo un promedio de 20 canciones donde se sacaban los trapos al aire. Ellos no tenían que ver con nada con el fin de ganar la contienda a la distancia y no en una parranda.

Los juglares ‘Mile’ y ‘Moralito’, hombres de acordeón, canto y verso rápido recorrieron los caminos del Magdalena Grande llevando sus mensajes musicales, pero con el paso de los años se convirtieron en grandes héroes del folclor vallenato.

En tal sentido, en su momento Consuelo Araujonoguera conceptuó: “La rencilla legendaria entre Zuleta y Morales tuvo proporciones tales y dividió en forma tan irreconciliable a los seguidores de ambos, que según se cuenta, se hizo necesaria la intervención amigable de muy destacados personajes de la región, a fin de amistarlos. Como testimonio maravilloso de ese dichoso pleito musical ha quedado el famoso paseo con el cual Emiliano dio el golpe de gracia a su rival. Cuando Lorenzo logró reponerse del impacto que públicamente le causaron las cáusticas estrofas de ‘La gota fría’, apenas si logró ensayar una tímida contestación que no tuvo la popularidad del formidable ataque musical”.

Emiliano Zuleta Baquero vivió sus últimos años en medio de homenajes y reconocimientos. También, gracias a su canción ‘La gota fría’ recibió una millonaria suma económica en 1994. Según reporte de Sayco, le liquidaron $83.578.372.97

Ante esta buena noticia, Emiliano con su jocosidad característica afirmó al momento del anuncio. “Ojalá tuviera menos años, para que esa plata supiera lo que es un hombre. La plata nunca llega mal, pero a mí me la retrasaron mucho porque trabajo si pasé”.

A pesar del paso de los años la vigencia de ‘La gota fría’, sigue intacta y para el recuerdo quedaron aquellos recados que hoy son la esencia de este folclor que nació en los corrales y que hoy se pasea por todo el mundo.

Ni el propio Carlos Vives pensó que esa obra musical tuviera la mayor resonancia mundial cuando se dedicó a escoger clásicos vallenatos para grabarlos, poniéndoles un nuevo vestido y respetando los cánones del folclor.

Navegando por el universo

‘La gota fría’ sigue navegando por un universo donde las plataformas digitales y redes sociales constituyen un gran pentagrama. Además, muchos todavía andan indagando sobre la historia de esa canción donde dos hombres se insultaban con versos, teniendo como cortina las notas de un acordeón.

“En todas partes la piden y la cantan, con ese amor que me hace recordar a esos dos agradables juglares quienes se dedicaron a versear sin pensar que con el paso de los años el mundo les agradecería”, comentó Carlos Vives.

La canción después de muchos años de ser tocada solamente con acordeón, caja y guacharaca, en la voz de Carlos Vives se emparentó con baterías, bajo y guitarras eléctricas, produciendo un sonido diferente hasta llegar a ser la más importante en el catálogo del artista samario.

“Moralito, Moralito se creía que él a mí, que él a mí me iba a ganar, y cuando me oyó tocar le cayó la gota fría. Me lleva él o me lo llevo yo, pa’ que se acabe la vaina”.

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